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Las consecuencias de "equivocarse"

  • Foto del escritor: Las Graderías
    Las Graderías
  • 11 may 2021
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 12 may 2021




Se dice de Kiev que es una tierra fría y lejana. Aquel 26 de Mayo de 2018 a las 11:15 p.m., ni un minuto más ni un minuto menos, sonó el pitazo final del árbitro serbio Milorad Mazic, y por decimotercera vez el "equipo merengue" se proclamó campeón. En todo el estadio se escuchó ¡Hala Madrid! ¡Hala Madrid!, desde entonces el partido para los once jugadores del Liverpool se convertiría en historia para no recordar, pero en especial para uno de ellos, a quien el pitazo final no solo le significaría el cierre de un juego sino el olvido de su carrera.


Al balompié se le atribuye la característica de ser el deporte más popular del mundo no sólo por los íconos e hitos inigualables que le ha brindado al deporte sino por cómo puede lograr que la vida de las personas, y en especial de los aficionados, gire entorno a este juego. Hasta al que no le gusta el fútbol se ve rodeado de esta cultura.


De este deporte se puede decir cualquier cosa: récords, goles, mercado de pases, partidazos, escándalos, violencia e inclusive se puede hablar hasta de tecnología, por eso las cadenas televisivas invierten millonarias cifras en la producción de programas deportivos. Como todos los deportes, este juego no está exento de tener un lado oscuro que a diferencia de los demás pareciera ser muy profundo.


Aunque las estrellas del fútbol son los mismos futbolistas, en algunos casos la violencia se disfraza y se convierte en su enemiga. A lo largo de la historia se han conocido varios casos en los cuales jugadores perdieron la vida a manos de hinchas, o algunos padecieron trastornos mentales por la presión que vivieron en algún momento, puesto que esta imposición y opresión no es ejecutada únicamente por los máximos dirigentes del fútbol, ni de los clubes o las selecciones ni por las industrias y marcas deportivas, sino que también es ejercida por principales actores del balompié: los fanáticos !Porque sí! finalmente el fútbol es una profesión en la que al igual que otras, se debe rendir si se quiere conservar el puesto.


No obstante, antes de analizar las muertes y los problemas psicológicos que ha dejado el fútbol por causa de la violencia, se debe poner en contexto cuál es el significado de esta palabra. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia es “el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte”, es decir, la violencia es atentar contra algo o alguien, una acción que como resultado generará una consecuencia principalmente negativa.


Ahora bien, teniendo en cuenta el concepto de violencia, se debe entender que en el fútbol esta se convierte en una construcción social que generalmente comienza en el colectivo más cercano, el núcleo familiar, pues si algún miembro de este círculo se considera hincha de un equipo, como herencia podría transmitir todas estas pasiones y creencias a otro individuo de su familia. Además, la gran mayoría de niños crecen jugando y practicando fútbol antes que consumiendolo y convirtiéndose en aficionados, por lo que también son educados para siempre ver al rival únicamente como un enemigo a vencer, logrando que durante la competición se experimente odio hacía el contrario, que se traduce en acciones individuales como: llegadas bruscas, malas caras o gestos corporales de rechazo.


La violencia se ha vuelto tan característica en este deporte, ya que gracias a la manera en que se ha acostumbrado a la gente a consumirlo, no sólo ha servido para apoyar y disfrutar el espectáculo del equipo, sino también se ha utilizado como excusa para expresar sentimientos negativos hacia el contrincante. Inclusive cuando los británicos crearon el rugby, siempre lo hicieron pensando en ser todo lo contrario del fútbol, también fundado por ellos mismos, por eso un antiguo refrán dice: “El fútbol es un juego de caballeros jugado por villanos y el rugby es un juego de villanos jugado por caballeros”, pues en el rugby no sólo los jugadores deben respetar el deporte y las reglas en sí, sino que los primeros llamadoshacerlo deben ser sus aficionados.


El comportamiento agresivo y brusco por parte de algunos hinchas, históricamente se ubica en culturas como los hooligans, los ultras o las barra bravas en Suramérica, y se empieza a identificar esta violencia principalmente dentro de los estadios de fútbol, con insultos y gestos ofensivos que luego trascendieron a expresiones más bruscas y elaboradas como las rimas, los refranes o cánticos. Sin embargo, en algún momento de la historia esto dejó de ser suficiente para los fanáticos, que más allá de identificarse con los ideales de sus clubes o selecciones, empezaron a desarrollar conductas obsesivas y euforicas que se reflejaban fuera de la cancha y hasta contra los mismos miembros del equipo, lo que en la actualidad es una violencia muy común que pasa desapercibida.


Uno de los ejemplos de la violencia que se refleja hacía jugadores y que algunos clasifican como “no tan grave porque no murió", es la historia del arquero alemán Loris Sven Karius, quien actualmente tiene 27 años, se hace énfasis en su edad por dos razones: la primera porque a esta edad se considera el verdadero comienzo de la carrera profesional de los guardametas; y la segunda, porque desde los 25 años su vida jamás volvió a ser la misma. Loris Karius, quien en 2018 era arquero titular de Liverpool, equipo que enfrentó al Real Madrid por la final del torneo más codiciado y prestigioso en el mundo 'La liga de campeones', sufrió una conmoción cerebral producto de un choque con el jugador Karim Benzema que le afectó el rendimiento durante el partido, dejando que a su arco entrasen tres goles y perdieran dicho encuentro y por ende el título.


Al poco tiempo de este episodio, el arquero se realizó unos estudios médicos, ya que desde la final no pudo disputar ningún partido con su equipo, estos exámenes confirmados por la cadena deportiva ESPN arrojaron aquel resultado sobre la lesión que sufrió en su cerebro durante el juego: "La cadena informó que el Massachusetts General Hospital determinó que el meta sufrió "una conmoción cerebral" durante el partido ante el Real Madrid", este es el comunicado remitido por el centro hospitalario y publicado por la ESPN.


Antes de que estos resultados salieran a la luz pública, Loris sufrió esa noche después del encuentro amenazas de muerte que psicológicamente afectaron su salud mental y ocasionaron que una carrera que iba viento en popa, terminara antes de tiempo. Según el portal de noticias ‘Sports’, estas fueron algunas de esas advertencias: “El arquero y su familia fueron amenazados de muerte “Asesinaré a tu novia, voy a asesinar a tu novia", "tus hijos merecen morir" o "espero que muera toda su familia" son algunos de los lamentables y censurables comentarios que se han colgado en las redes sociales contra Loris Karius y su familia”.


Pero en la historia oscura del fútbol también hay otros casos que se consideran “terribles porque sí murió”, como el de Franco Nieto, futbolista del Club Atlético Tiro Federal Argentino, pues en pleno partido, debido a unos enfrentamientos entre los mismos jugadores en la cancha, un hincha del equipo contrario aprovechó para lanzarle un ladrillo a la cabeza, lo que generó su traslado de inmediato a un centro médico donde fue diagnosticado con un cuadro de muerte cerebral irreversible. A pesar de que ya se habían producido más muertes por causa de este factor en Argentina, de acuerdo con la BBC, “Para el año 2014 fue el primer caso donde un jugador murió por culpa de la violencia”.


La muerte de Franco Nieto tampoco es el único caso, en Colombia, Jorge Andrés Escobar Saldarriaga murió en Medellín días después de anotar un autogol que eliminó a su Selección Nacional de la Copa Mundial de la FIFA celebrada en Estados Unidos en 1994. Este caso tiene en particular que las personas que lo asesinaron estaban vinculadas al paramilitarismo y el narcotráfico, incluso en algún momento se hizo la suposición de que este crimen estuvo ligado a las apuestas deportivas.


Entonces, el fútbol no es únicamente lo que muestran en las noticias deportivas, ni en los programas de debate, ni el espectáculo que se ve de los hinchas africanos en los mundiales, ni las lesiones en los gemelos, ni las maravillosas jugadas de la "naranja mecánica", también es una pasión que desata muestras de constantes comportamientos obsesivos y egoístas, que se traducen en actos realmente preocupantes a los cuales se les presta muy poca atención. Por todo esto, Marcelo Bielsa, director técnico, dice que los equipos grandes no soportan una derrota de un rival menor y su primera reacción es desprestigiar en vez de elogiar, pues siempre se les ha educado para ver la derrota o al otro como algo negativo y que de alguna manera debe perjudicarse.


 
 
 

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