La pasión que se tiene por un equipo traspasa las murallas, un trapo no es solo una tela, demuestra su devoción y muchas veces amor hacia el equipo y hacia la hinchada. Los trapos han ocasionado problemas y muchas veces unión, su importancia no está en el tipo de tela ni de colores sino en lo que significa para cada uno de sus integrantes.

Un ademán de guerra que nuestros antepasados usaron para reflejar fuerza y poder. Esto no se pierde, sólo cambia de contexto y de interfaz. Ahora está mas presente que nunca en el fútbol.

El fanatismo del fútbol no tiene límites, más que un gusto y una pasión es símbolo de cultura y los escudos son una parte de esta, son adoptados por los hinchas casi como si se tratara de una religión, como parte de su identidad. Remontan desde los imperios y han ido transformándose hasta llegar a ser lo que hoy son.